Orígenes de una Pasión
En el corazón de Paracho, Michoacán, un lugar venerado por su legado guitarrero, nació un apasionado constructor de guitarras, Gabriel Hernández Jiménez. Desde temprana edad, Gabriel se sintió atraído por el arte de dar vida a las cuerdas. Su aprendizaje comenzó con las enseñanzas de su padre, Antonio Hernández Bernal, su tío Ambrosio Elías Montelongo y su hermano mayor, Javier Hernández Jiménez. Fueron sus primeros maestros, quienes le transmitieron la sabiduría ancestral de la luthería, el arte de la construcción de instrumentos de cuerda.
A los 15 años, Gabriel ya había comenzado a maquilar guitarras, y a los 17, dio un paso significativo al unirse a un taller de guitarras en la Ciudad de México. Durante 4 años, perfeccionó sus habilidades en la construcción y reparación de instrumentos. Fue en ese taller donde conoció al renombrado Maestro Daniel Téllez Valdez, un maestro de laudería del Conservatorio Nacional de Música. Gabriel trabajó junto a él durante 5 años, absorbiendo conocimientos cruciales que lo llevarían a convertirse en uno de los principales constructores de guitarras en México y más allá.
Los Procesos de Construcción
La guitarra, un instrumento apreciado en todo el mundo, tiene facetas diversas. Gabriel Hernández Jiménez entiende esto mejor que nadie y crea guitarras de concierto con una gama de precios y características únicas. En su taller, el proceso de construcción es un equilibrio entre artesanía tradicional y precisión moderna. Las guitarras de concierto de menor precio son fruto de un trabajo artesanal que involucra herramientas manuales, utilizando muy poco las eléctricas. En contraste, las guitarras de concierto de costo más elevado, fabricadas con tapas dobles y maderas extraordinariamente delgadas, requieren herramientas de precisión, desde adelgazar las maderas hasta el ensamblado, incluyendo la aplicación de prensas al vacío.
El Fruto del Esfuerzo
Cada una de las guitarras creadas por Gabriel Hernández Jiménez lleva consigo horas de dedicación y pasión. La culminación de su trabajo se refleja en la satisfacción de ver una de sus creaciones en manos de un concertista. Es un momento que llena de orgullo al maestro, ya que sabe que su obra encuentra su plenitud en las manos de quienes extraen melodías y emociones de sus cuerdas.
El Futuro de la Guitarrería Mexicana
Gabriel Hernández Jiménez vislumbra un futuro prometedor para la guitarrería mexicana. Cree que ofrece a los constructores la oportunidad de crecer y destacar a nivel internacional, a la par de los países de primer mundo. Este optimismo está respaldado por décadas de trabajo constante y la creciente apreciación global de la artesanía guitarrera mexicana.
El Maestro Gabriel Hernández Jiménez es parte de esta historia de éxito, que comenzó con la llegada de la guitarra clásica a Paracho y continuó con el establecimiento del Centro para la Investigación y Desarrollo de la Guitarra (CIDEG) en 1965. El CIDEG, junto con cursos de construcción de guitarra impartidos por maestros extranjeros, ha fortalecido la posición de México como un epicentro de la luthería.
Un Legado de Guitarras
A lo largo de su carrera, Gabriel Hernández Jiménez ha creado alrededor de 1,200 guitarras, dedicando aproximadamente 70 u 80 horas a cada una. Su trabajo ha sido destacado en festivales y ha sido apreciado por guitarristas sobresalientes que han confiado en sus creaciones. Algunos de los festivales donde ha presentado su obra incluyen el Festival Internacional de Lagos de Moreno, Jalisco, Guitarra sin Fronteras en Chihuahua, el Festival Internacional "Guitar Fest" en Valladolid, España, y el Latin American Guitar Festival en Chicago.
Guitarristas notables como Hugo Acosta, David Mosqueda, Iván Reséndiz, Marcela González Guerrero, Rodrigo Neftalí, José Alfredo Amezcua, Luis Benítez, Jalil Mosso Castrejón, Eduardo Pascual Diez y Nadia Borislova han confiado en las guitarras de Gabriel Hernández Jiménez para dar vida a sus interpretaciones.
El Maestro Gabriel Hernández Jiménez es un testigo de la evolución de la guitarrería mexicana y un destacado constructor que ha contribuido significativamente al renombre de la luthería en México y el mundo. Su trabajo es un testimonio de la pasión, el arte y la dedicación que definen a los constructores de guitarras mexicanos.
Conclusión
Gabriel Hernández Jiménez, originario de Paracho, Michoacán, se ha convertido en un emblema de la guitarrería mexicana. Su carrera, marcada por la dedicación y la búsqueda constante de la excelencia, lo ha elevado al estatus de uno de los principales constructores de guitarras, no solo en México sino en todo el mundo. Con una herencia de maestros y años de experiencia, sus guitarras son obras maestras que inspiran a músicos y melómanos. Este maestro luthier no solo construye guitarras, sino que también contribuye al legado de la guitarrería mexicana, promoviendo su crecimiento y su presencia en el escenario global. Su historia es un testimonio del poder de la artesanía y la pasión en el mundo de la música y la luthería. Gabriel Hernández Jiménez es, sin duda, una figura destacada en la historia de los constructores de guitarras.